jueves, 27 de octubre de 2011

respingada

Estoy a las puertas del error más estúpido de mi vida: soy Dondald Trump al filo de vender mi megaemporio para regentear una concesionaria Rolls Royce en Haití. Veo cómo el error garrafal galopa desde lo lejos, escucho que viene y no se cansa, me hace luces, enciende antorchas, agita pañuelos blancos y hasta me tira piedras. El error es un tren de frente, la bocina de bomberos, es una estrella incandescente que advierte, chilla con un hola, soy el error, estúpido, tenés que esquivarme. Acá lo tengo, cómo andás error querido, tanto tiempo, te venía perfilando pero nunca nos tuvimos tan de cerca. Sos más alto de lo que creí. Te conozco de otro lado pero puede que no me recuerdes, no importa, pero bueno, ¿tomás café? OK, yo tampoco quiero dormir, menos con el error en mi casa, en brazos, hambriento y en harapos. El error se presenta como una revelación madura, obvia, de bufón en crisis vocacional. Y uno lo escucha, lo ve, asiente, finge que entiende las guiñadas de ojo del error, que sólo intenta prevenirlo a uno y sin embargo uno ni le da bola, sigue ahí, en la misma posición. Al fin y al cabo, acá está el error, errorcito mío, te tengo de frente manteca, respirás cerca de mi boca, tenés un perfume divino y la nariz respingada, y te viniste de minifalda, qué atento, no hacía falta, error amigo: aunque sé que pesará la condena -lo que puertas adentro llamaremos la culpa-, no dude nadie que persistiré en este error hijo de puta, perverso y hermoso.-
.
.
(imagen extraída de aquí)

2 comentarios:

A.- dijo...

Hermoso error, cuando el error te da esa bola! Horrible error, cuando persistís en la idea de cruzártelo como hace un tiempo atrás y solo provocas una pelea, un momento insalvable, un error que no solo te causara culpas, sino que te cacheteara por infeliz, porque ESE era el error que NO debías cometer!
Grandioso como siempre.
Un gusto encontrar en sus palabras una nueva descripción con la que me identifico, plenamente… aunque no de manera textual o con la literalidad del caso, solo con el simple reconocimiento de ser de esas personas que saludan y le dan la bienvenida al error.

Anónimo dijo...

such a beautifull mistake...