jueves, 20 de octubre de 2011

mamario

Sé que pensaste en el perdedor que aquí suscribe: me di cuenta porque me rasqué la oreja izquierda desde que me levanté hasta que me fui a dormir, y soy infalible para las supersticiones orgánicas que no tienen asidero razonable. Pensaste en mí: qué bueno saberlo y que estés acá otra vez. Siempre terminamos en esa escena estúpida de turistas que se cruzan en el shopping de la decadencia y hablan de temas intrascendentes. Pero me agrada que así sea -qué bueno volver a verte: no debería decirlo pero te sienta muy bien ese implante mamario-, y que volvamos al lecho tramposo sin culpa ni reproches ni ordalías inquisidoras de amantes despechados. ¿Te diste cuenta que siempre regresamos al mismo punto? Contame cómo estás, ya que anduviste pensando en esto y yo me anduve rascando la oreja, parece necesario que aclaremos la ensalada rusa que nos perdimos por ir a comernos el postre del vecino. Voy a mantener la compostura y no mirarte con ojos de quinceañera debutante, seamos prolijos desde el principio -desde este principio-. Ahora hablame vos, es una gran idea que mantengas este suspenso, pero estoy ansioso por saber lo que vendrá: si un raid de malas decisiones, o un encuentro con carpusa para meter los goles que desde hace años nos debemos.-
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(imagen extraída de aquí)

1 comentario:

dijo...

Llegué hoy, por primera vez. Y fue un gusto. Saludos!