martes, 28 de septiembre de 2010

petates

Mientras no llegue la inspiración, voy a poner un disco de Coltrane, barrer el sótano de nuestro afecto apátrida y lavar las tazas del último desayuno que tuvimos -ni lo recuerdo; seguro no hubo sexo-. Quiero que todo esté perfecto para cuando llegues y yo esté inspirado, listo para sonreír y vos en tu mejor pose de femme fatale -esa pose que tanto te gusta fingir-. Para cuando dejes tus petates al pie de la puerta de casa -corras a darme un abrazo, sientas el perfume de siempre- sabrás que yo ya estoy inspirado, que soy como antes pero con inspiración, que no hago más que estar inspirado después de haber sentido el sopor del aburrimiento filoso. Inspirado vas a quererme más, casi como una amante fiel, porque no hay nada mejor que un hombre inspirado -inspiradísimo, pensarás al verme-. Mientras espero a la inspiración -que viene de lejos, en carreta o de rodillas- voy a respirar para no perder la costumbre. Sería bueno que no me encuentre dormido, y que vos prepares café y te quedes en mis manos para tratar de calmarme.-
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(imagen extraída de aquí)

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