miércoles, 30 de junio de 2010

zurda

Estás vencida, mujer. Dejaste en el cenicero de algún bar, entre las uñas de un amante o debajo del asiento de un taxi, la furia de tus comentarios sagaces. Te tornaste predecible, te volviste vieja, se le corrieron las medias a tu alter ego vestido para matar y ahora sí, queda sólo vos, y ese vos siempre será tan poco. Más allá de mi parte -de la cual me hago cargo, intuyo que yo también perdí el instinto-, tu imprudencia es un error incómodo. Pero es una imprudencia casi adolescente. Lo nuestro -encuentros, fotografías, cigarrillos-, nuestro error, fue un desencuentro con fortuna, poco acertado pero desafiante. Y hoy ni eso conseguís: a esta altura, sos una ama de casa arrepentida y con honores. A mí me queda la picardía de buscar el tiempo suplementario. A vos, la incertidumbre de un hombre como la gente. Y ahora sí, seré honesto: hacé lo posible por conservar el error actual. De otra forma, volverías a caer en el affaire de mis visitas guiadas y en la aventura de mi pluma zurda repetida.-
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(imagen extraída de aquí)

martes, 22 de junio de 2010

tobogán

Entiéndase al silencio del Ruso -al volante del Chevy SS plateado, y él mismo escondido debajo de un disfraz de la Pantera Rosa, concentrado en acelerar y esquivar los autos que van de paseo por la Ruta 2- como un gesto de buena educación: él sabe que yo, así, con tres plomos en el abdomen y enfundado en este traje de mierda del Hombre Araña que por si fuera poco me pica y da calor, no voy a llegar vivo al hospital más próximo, y en caso de llegar, no sé qué enfermera débil mental podría darnos atención médica sin siquiera preguntarse -preguntarnos, preguntarle a un supervisor- de dónde carajo vienen dos borderlines vestidos como en el trencito de la alegría pero sin tanta alegría porque uno de ellos tiene tres tiros en el estómago y una hemorragia para pintar paredes. Digamos que sí: el robo al pelotero Magic Balls of Newcasttle Tapiales -propiedad de la gorda Zulma, narcotraficante de poca monta y regenteadora de putas en los baños del mismísimo centro recreativo infantil- no salió del todo bien. Y es que jamás contamos con que la gorda Zulma abriría fuego a escopetazos frente a los chicos del cumpleaños de Tomy, el nene del barrio al que le falta la pierna izquierda, y mientras la madre llevaba la chocotorta con velitas a la mesa. Tampoco tuvimos en cuenta -ni la Pantera Rosa ni yo- que las gemelas fantásticas -dos de las disfrazadas heroínas cocainómanas del pelotero y atolondrado dúo deluxe del puterío de la gorda Zulma- nos venderían, le pasarían el dato al cornudo de Batman, que como se quedó afuera de la rosca, aprovechó también para cagarnos a tiros desde la base del tobogán inflable.-
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viernes, 18 de junio de 2010

peiperviú

En estas noches del orto me dan ganas de chupar whisky del pico hasta ser feliz. Es una lástima que jamás me haya gustado el whisky, por el contrario, me preparo un Toddy con edulcorante dentro de un vaso plástico color verde con la cara de Verón, y me dispongo a tomar chocolatada tibia en el sillón del living, hacer zapping en cada película soft porno que me ofrece la compañía de cable más barata que conseguí y de paso pierdo mi tiempo en llorar, así como con pocas ganas, sobre las vainillas húmedas que recién me vendieron en el mercadito de la vuelta. Ni vainillas se pueden comer: ya ni en mis amigos chinos tengo que confiar. Y en vos, menos: auténtica contadora de cuentos chinos, fanática de los Back Street Boys, ninfómana barrial. Qué ganas de escuchar tango, pero si es una noche fantástica para escuchar tango y desangrarse y hundirse en el sillón del living, dejarse absorber por las plumas sintéticas del sofá. Qué pena que no pueda ni bancarme una nota de bandoneón. Más allá de eso, todo bien. El tango es un lamento constante: un grito algo más leve que los de la rubia plástica y zarpada en expresión que ahora mismo es penetrada en la porno light del cable -o uno cree que es penetrada, porque lo que tiene este género casi apto para los que no acceden al peiperviú, es que deja la fase genital librada a lo elíptico, a la imaginación inducida de cada quien-. Gritos. Al fin y al cabo, el tango es una porno, una simulación puesta en escena, pero una ocasión que le sucede a todo el mundo. Entonces el tango es una porno, reflexiono en voz alta: Verón aprueba el comentario desde su sonrisa estrellada en un vaso plástico de color verde.-
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miércoles, 16 de junio de 2010

convoy

El día que tu vida se estrelló contra mi vida fue algo así como el impacto de una Dodge 100 -la mismísima que debe tener todo fletero casi por definición- que se hundió en cada pliego de un Fiat 600 con el tren delantero vencido. Chocó toda tu provocación ganadora contra mis noches de dormir con la luz del baño encendida. Y me dejé. Dejé que vinieras. Que me arrastraran tus pasiones absurdas, tus olores a comida quemada y hasta llegó a gustarme tu comida, aunque rara vez cenamos. El día que tu vida se estrelló contra mis libros, en un pasillo cualquiera de una Facultad de Derecho aburrida desde su inicio, incoherente por el alumnado y mareada de tus paseos, ese día, tuve que cambiar mis convicciones para no quedar en ridículo. El día que yo mismo me hice cargo de tu sexo, dejé plantado al convoy de la decencia que sostuve hasta que tu vida implosionó la mía, tu vida que es un talibán malhumorado, carnicero tuerto, sinfónica desbocada, un alud impredecible al que hoy, sólo puedo mirar avanzar de frente, casi en silencio, sólo voy a sonreír cuando aparezcas porque el resto ya lo conozco, y me gusta pero me atormenta y desgasta.-
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lunes, 14 de junio de 2010

aluminio

Gladys apretó los labios, torció la cabeza hacia la izquierda y después de ubicar mate y pava sobre la mesa del patio, cruzó los brazos para verlo a Ricardo en cuclillas regar las plantas, sudar la camisa roja a cuadros en tan solo minutos de acariciar las hojas enormes del caladio y hablarle en voz bajita a una maceta resquebrajada. Con medio culo afuera del calzoncillo gris, Gladys acaso no sabía si sacarle una foto a Ricardo con la cámara que llevaban siempre a Gesell, o dejarlo así, hablándole a las plantas, casi a los oídos verdes y sordos de un caladio inmóvil. Optó por acercarse en puntas de pie, sorber con fuerza la bombilla del mate y despabilar a un Ricardo que miró todavía desde el suelo. Vos cambiaste, apuntó Gladys, seria y con tono firme. Que a mí no me digan que vos no cambiaste, que yo te conozco, vos jamás le hablaste a una planta, a quién se le ocurre hablarle a semejante pedazo de tierra, ya ni colores tiene, los locos le hablan a las plantas y yo no me casé con ningún loco, así que vas a contarme ahora qué te pasa a vos, Ricardito, y ahora es Ricardo el que una vez de pie inspecciona a Gladys, le saca de muy mal modo el mate de las manos, va a buscar la pava y ella lo persigue, lo toma por los hombros, lo abraza desde atrás -el vientre anchísimo de Gladys contra la espalda transpirada de un Ricardo con diabetes-, y Gladys que insiste, vos estás cambiado Ricardito, y Ricardito que hace tiempo que ya es Ricardo intenta decir algo pero Gladys lo interrumpe, repite una y otra vez vos cambiaste, Ricardito, y Ricardo que siente los dedos todavía calientes de Gladys, que sostuvo un largo rato el mate de aluminio, y Gladys que vos cambiaste Ricardito, a mí no me macaneás, y tocan el timbre pero nadie atiende, suena un teléfono más allá del patio, el gato siamés del vecino baja por una enredadera, vos cambiaste, Ricardito, y en buena hora.-
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sábado, 12 de junio de 2010

jueves, 10 de junio de 2010

ganado

A veces me gustaría saber cómo hacés para despreciar tanto a uno de los tuyos, cómo te esmerás en escupir hasta tu propia sangre, para fingir un equilibrio virtual en tu cabeza que sólo sabés que está por encima de tus hombros porque todavía te queda pelo, y es lo único que te queda: pelo. El resto es un escenario sujeto por alfileres de harina, tus convicciones y reflexiones y genuflexiones no son otra cosa que unas cuantas chirolas de barro. No te creo ni medio. No tengo qué creerte, una persona que ama con la misma intensidad y en la misma proporción que detesta, y lastima y dispara sin ver a quién, personas así dañan. Vos a mí no me podés reprochar nada. Nada. Qué me vas a endilgar, con qué cara venis a darme clases magistrales de ética, a reprocharme que ni figuro, que vengo de paseo por mi casa, si a vos no te da la nafta ni para mirar a los ojos. Contestás cuando querés, abrís bronca y volás. Por eso no te tengo miedo, porque estás sola y eso te pone triste, no sabés cómo hacer para amarrar las cosas a tu justo lugar. Ya ni lugar te queda, y eso que estás en tu casa. Ni puta idea tenés de cómo timonear para controlar el barco. Ya no es como antes. Por más que pegues dos o tres gritos, golpees puertas y escritorios, no hay chance: se te retobó el ganado.-
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martes, 8 de junio de 2010

doasa

Faltan para mi gusto cócteles por el día del periodista, periodistas con responsabilidad ultra vires, damiselas de prensa que se dejen invitar a por un café, té, bebida o postre, y también hacen falta más compañeros -en el sentido más político del término- con pelotas. Mucha tranza por dos mangos, show chabacano y carita en jai definishon. El mundo requiere de tipos que no le hagan asco al barro y a la pobreza, que se rían del poder de turno y que toquen culos por doquier a cada uno de los perejiles que dividen el doasa como a ellos más les conviene. En este breve llamado a la solidaridad, se reconoce a los periodistas de vocación: párense sobre sus escritorios llenos de porquerías y dejen volar sus teclados desde lo más alto de las oficinas en el Centro. Entréguense al instinto y a la sed de policía bonaerense con delirio de SWAT. Sean salvajes sin ser caníbales. Sean honestos sin volverse entregadores. Sean Periodistas y sólo así serán libres, que no hay más alternativa que ser lo que se debe ser o resignarse al gris tan nacional y popular como la paja en el ojo ajeno.-
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jueves, 3 de junio de 2010

Landriscina

Tu felicidad de pancho sin mostaza,
de tarta tricolor con base de calabaza,
de invento tecnológico que atrasa,
de puta cara que no abrasa.

Tu felicidad de búfalo que no camina,
de punk rocker adicto a la aspirina,
de amo de casa encerrado en la cocina
fanático de los peores chistes de Landriscina.

Tu felicidad que es un sobre abierto:
suerte de croata mudo perdido en el puerto,
de turista en busca de bailanta en Venado Tuerto,
de galletitas vencidas en el velorio de cualquier muerto.

Tu felicidad que ya ni recuerdo,
¿te acordás cuando la felicidad no era un recuerdo?
Ya no cuento con que vuelva tu felicidad de recuerdo,
ya no cuento con que vuelvas; te lo recuerdo.-
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miércoles, 2 de junio de 2010

peronista

El invitado peronista baila el carnaval carioca pero también come canapé de palmitos y salsa golf. Tiene ese mérito camaleónico, meteórico, eufórico, que muchos desprecian y tildan de clientelar, regular, mastercár. El invitado peronista saluda con un abrazo, da la mano y guiña el ojo, pero también cabecea para arrimarse a pasar. El invitado peronista es más peronista si tiene barriga de bon vivant, amante en descenso y los primeros botones de la camisa desabrochados. El invitado peronista puede llegar a autoinvitarse, porque él es así, un tipo macanudo, un compañero, digamos. Suda aunque haga frío y siempre tiene una anécdota para contar sobre algún bribón conocido, porque el verdadero invitado peronista es un ser sociable, de esos que adentrada la noche en copas, si te falló el mago o incluso el brasilero que hace el show de capoeira en la fiestita de 15 de tu ahijada, el invitado peronista no tiene ni el menor problema en improvisar un compacto de chistes de salón, y en el medio te mecha uno verde, cosa de darle su toque peronista, un toque picarón, pero siempre ubicado. Y ya que hablamos de fiesta, y de carnaval carioca y de canapés, no hay fiesta peronista en la que no se cante la marcha del General, porque sino, para qué carajo nos juntamos si no es para pararnos sobre la silla, agitar los pañuelitos blancos, vatir los dedos en V y arengar al sentimiento que bien supo destacar la vieja gorila de Mirtha Legrand, sin siquiera pensar que serviría de módico instructivo para los peronistas: El público se renueva, muchachos.-
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