jueves, 31 de julio de 2008

globos

Así que usted es la que entra a los portazos en el rancho, la que llega y arma revuelo en el gallinero, que pasa por entre la gente sin pedir permiso, que silba si quiere y si no quiere patalea. Mirala vos a la señorita, que sin derecho ni cumpleaños pincha globos e ilusiones, y ahora viene y sirve la mesa, ahora viene y me besa la frente. Con que esas tenemos, no sabe lo que quiere pero sí lo que no quiere que yo quiera, y me abre las ventanas de la cocina para que entre viento y me abre las jaulitas para que se escapen los canarios, que hasta el Pedrito se me fue los otros días, y mire que el Pedrito siempre se quedó conmigo. Y ya lo veo, me esconde el diario para que no me distraiga, la veo que se arrastra y me mira, a los pies de la cama, algo así como pidiendo no me grite no se enoje no sospeche, y yo que no le miento no la extraño no la quiero.-
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(imagen cortada, extraída de aquí)

martes, 29 de julio de 2008

amarillo

Me enamoré (1). No, de verdad, me enamoré (2) de esa rubia (3). Mirá cómo baila (4), y mueve la cabeza (5), y sus ojos brillan (6) como dos estrellas (7). En fin, como no me la voy a encarar (8), me voy a tomar algo (9) a la barra (10).


(1) Es la décimo octava vez en esta noche de viernes que Gonzalito repite la frase.
(2) Vigésima vez. Y qué carajo sabés vos de enamorarte, Gonzalito? Cuántas veces te enamoraste? A ver? Decíme, cómo sabés cuándo te enamorás? Tantas veces te enamoraste?
(3) Rubia: dícese de una mujer que se pinta la cabeza de amarillo.
(4) Aunque Gonzalito no lo sepa, lo que tiene esa chica es un principio de ataque de epilepsia por las luces blancas que parpadean en este boliche de cuarta.
(5) Revolea la peluca oxigenada, llama la atención, así como las aves bailan alrededor de su pareja, revolear la melena rubia platinada es un vil cortejo que resulta desde los años '70. De hecho, me atrevo a decir que es Retro, Vintage.
(6) No Gonzalito, eso sí que no. Se hace evidente el consumo de ácidos.
(7) Brillan como dos estrellas. ¡Frases hechas si las hay, Gonzalito! es claro que hoy te vas del boliche solo muy solo.
(8) Jamás lo hace.
(9) Algo es cualquier cosa, lo que calce con el presupuesto disponible a esta altura de la noche. Y como ya no hay plata, no creo que puedas seguir de jolgorio, Gonzalito.
(10) O bien, vas a rebajarte a tomar agua de la canilla del baño, si es que todavía no la cortaron porque los pastilleros sacaron a relucir sus excesos que van contra la economía del boliche.
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(imagen extraída de aquí)

lunes, 28 de julio de 2008

carmín

Ginecomastia*, dijo el doctor Fernerberg. Ginecomastia volvió a decir, para luego repetir el término por sílabas: gi-ne-co-mas-tia. El doctor daba vueltas a su escritorio y pasaba un lápiz negro de mano a mano. Luego tomó un control remoto, apretó un botón y proyectó en una enorme pared blanca una serie de diapositivas que pasaron de ser graciosas a humillantes. Todavía no aprendí a reirme de mí mismo, ¿eso es inmaduro? Preguntarlo hubiese sido una desubicación. Vaticiné una respuesta más sarcástica que mi cuestionamiento: soy médico clínico, no tu analista.
El doctor Fernerberg adelantó la nueva incomodidad que me generarían las remeras de lycra, las risas en las piletas públicas y lo poco estético de verme al espejo y descubrirme convertido en todo una Briggite Bardot. Pero jamás mencionó el placer del maquillaje carmín, la soberbia que genera pararse sobre los tacos más altos que hay en la vidriera, lo divertido de ser compradora obsesiva-compulsiva y la casi mística y frenética adicción a rechazar a los hombres que se me acercan cada vez que quiero cruzar la calle.-




*1. f. Med. Volumen excesivo de las mamas de un hombre, producido por alteración hormonal.
(foto extrída de aquí)

domingo, 27 de julio de 2008

presidente

Busco en el fondo de la heladera esos dos postrecitos de vainilla y chocolate que vi la semana pasada. Yo a tu edad me comía dos...la rubia y la morocha, dice Robertito mientras me palmea. Giro la cabeza para mirarlo: debería partirle una botella de birra en la quijada, pero para qué, si tiene razón. No entiendo cómo carajo un tipo de un metro veinte pudo haber tenido tanto éxito con las mujeres en su juventud, y aún hoy, de capa caída y retirado de las arenas, jugarle de igual a igual a cualquier persona -de altura razonable- en las reuniones y comidas con amigos. Sé que no miente porque vi las fotos de sus partuzas en Las Toninas. Pero en verdad, no comprendo. Es feo, muy feo, tiene más bien cuerpo de tortuga, la voz de una nena de siete años y el coeficiente de un chico de cuatro. Pero cuando estamos juntos, yo con mi mejor ropa y él no interesa cómo esté vestido, las chicas se acercan y me preguntan ¿quién es tu hermanito? Y entonces el pelotudo de Robertito, que me dobla la edad, pone cara de presidente y extiende su manita para estrechar y acto seguido besar los dedos de las chicas. No sé qué le ven. Encima más de una vez tiene olor a transpiración. Lo único que me queda pensar es que Dios lo ha beneficiado con una virilidad inversamente proporcional a su altura. Por eso digo que Dios le da pan al que no tiene dientes, y le da dientes a todos aquellos que terminan mordiéndote el brazo...
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(imagen extraída de aquí)

sábado, 26 de julio de 2008

asunto

No lo entenderías ni aunque te lo explicara, ni aunque me tomara la molestia de hacerlo, de reagrupar los tantos y las piezas para hacer un esquema, ni con la representación gráfica del asunto, aún así estarías tan lejos de entenderlo... no lo harías ni aunque juntara a tus padres y les dijera miren, éste es el punto, y entonces mover las manos, todo para quedar en nada, no vas a entenderlo, queda claro, y aún así, en un esbozo fenomenal, esfuerzo desproporcionado, si en el intento lograras entender algo de todo lo que de a ratos intento explicarte, aún así nada tendría sentido.-
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(imagen extraída de aquí)

viernes, 25 de julio de 2008

vainilla

¿La ves? Es la última luz que se apaga en el fondo de mi alma de papel maché. Ya no me complace servirle a tus botas Natacha, estirar el mantel de lo poco que queda cuando te veo lejos. Todo tan vainilla, todo tan coco, tanta sal de baño y lo único que buscaba era unos besos, tal vez copas, camas, cuentos. Pero no, una parte de tus manos se mantiene distante de nuestros encuentros, y aunque te cabeceo para arrimar al catre, por más que te prendo la velita y te rezo un Ave María, te perfumo la casa, te compro el sushi y hasta le dejo unos billetes al delivery, vos seguís ahí, quieta, con la expresión de que nada va a cambiar, mientras yo hago todo este circo y encierro a los gatos del lado de afuera. No te pongas a llorar por otra cosa, no cuando improviso ternura. No te me distraigas con la tele ni me digas que sabés lo que voy a decir, aunque en verdad lo sepas. Ya no me importa que no puedas ni cocinarme un paty, que tu mamá crea que vendo paco y que el portero de tu casa siempre me llame con un nombre distinto. Lo único que quiero es tenerte cerca, que se yo, unos dos mil años, cosa de que si hace frío, al menos te abrazo, y si hoy no podés abrazarme, te espero un ratito, pero un ratito nomás, que sino se me piantan las avestruces y después hay que salir a correrlas...
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(imagen obtenida de aquí)

jueves, 24 de julio de 2008

plancha

Cuando me dijeron que tío Braulio era swinger, lo primero que se me vino a la mente fue su enorme y redondo cuerpo peludo haciendo la plancha en la laguna de Chascomús. Ey, tu padre y yo te estamos hablando, dijo mamá -que tampoco sabía muy bien qué implicaba ser swinger- mientras chasqueaba sus dedos frente a mis ojos. Busqué la palabra en todos los diccionarios, pero no la encontré. Entonces fui a internet: si allí no estaba, la palabra no existía. Una serie de fotos y videos explícitos y cochinos, de fiestas negras e interminables orgías a las que se le sumaba cada vez más gente que salía de nuevos lugares, me dio la sustancia del término: tío Braulio era swinger, es decir, un puto depravado violador de gente que se filma. Entonces comprendí todo: cuando estábamos en casa de Roque y él decía que se iba a comprar cigarrillos, allá en la quinta de Moreno, en verdad se iba a besar con algún hombre del barrio, o se iría a violar a alguien, o a un perro. No podía creerlo: parte de mi infancia se perdía en las imágenes de mis nuevos conocimientos. La promiscuidad jamás sería lo mismo, y no podría mirarlo a los ojos de igual forma, tampoco a Tía Nancy, que ahora veo, se hacía la muy buena y fifí pero resultó bien puta. Pero lo que más me asombra es el tío Braulio: a esta altura, parece lógica la insistencia por cambiarme los pañales cuando yo era bebé.-
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(imagen extraída de aquí)

martes, 22 de julio de 2008

lóbulos

Subí al auto y no dije nada por miedo a arruinarlo. Vos te pintabas los labios frente al espejo retrovisor. El beso en la mejilla marcó una distancia que no había notado por teléfono. Tu mano en mi rodilla me dijo que en verdad, sucedería.
Primero, familiarizarme con el olor de tu casa. Creo que hicimos el amor en silencio, mientras en la radio, The Beatles acercaba a mis oídos Dear Prudence, y yo sentía la presión de saber que esta sería la última vez que estaríamos juntos. Me lamiste los lóbulos: sabés que me pone nervioso que me laman los lóbulos. Y entonces recordé cuando jugaba a la botellita en el patio del colegio primario: ronda de guardapolvos blancos que se miran unos a otros. Nunca me tocó darle un beso en la boca a una compañera, siempre el pico de la botella se detenía en los chicos más lindos y más fuertes que no por casualidad siempre son los más estúpidos e hijos de puta. Alguna que otra vez el fondo de la botella apuntaba hacia mí, y yo respiraba hondo, pensaba cómo sería sentir los labios arrugados y húmedos de una mujer, si me haría cosquillas o qué. Pero ese beso jamás llegó, por el contrario, me lamían la oreja, como una genuina demostración de absoluto rechazo, displicencia y asco. Cuando lo hiciste tuve ganas de golpearte. Pero te besé. Miento. Te di el único beso que hoy me arrepiento de no haber prolongado por horas. Estoy seguro de que a vos no te pareció tan bueno como a mí: te reíste y me llamaste bruto. Y yo casi hasta te pido: no te vayas.-
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(La imagen fue cortada. La original fue extraída de aquí)

lunes, 21 de julio de 2008

bisonte

El chocolate se funde a los ochenta grados centígrados y siempre me duermo veintisiete minutos más tarde del último sexo con una misma mujer. Es automático, inevitable y hasta deportivo. Como fumar mientras te espero, o chocar con un tema de Silvio Rodriguez en el random del iPod. Qué pensará Silvio de todo esto. A quién mierda le importa.
Treinta minutos más tarde de los primeros treinta minutos de haberte esperado, rasguño la conclusión de que sos una imbécil hipócrita hipocondríaca. Sí, y te lo voy a decir. No, es claro que no te lo voy a decir. Comienzo a pensar -otra vez- lo difícil de la heterosexualidad, de no saber decirte que no, y lo estúpido que me siento cada vez que sé que tengo razón y vos me decís en la cara sí, tenés razón, con tu sonrisa de sí, y lo volvería a hacer, y yo con mi cara de publicidad de antiespectorante, si bien quiero gritarte no volvamos a vernos nunca más, estoy con otra, no me fastidies, sólo atino a darte un abrazo y balbucear no vuelvas a hacerlo, para darle de comer en la boca, una vez más, a este gran bisonte maloliente que es nuestra relación freak, de a ratos ingenua, nociva y mal parida.
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(imagen extraída de aquí)

domingo, 20 de julio de 2008

analógicos

No quiero panfletos, no me interesa trabajar desde mi casa, no tengo ganas de darte mi número de teléfono, no busco pareja, no quiero que una bruja me tire las cartas, no voy a votar por tu causa cuasianarquista, no sé qué es el kirchnerismo, no quiero afiliarme al Partido Demócrata Republicano del Penal de Sierra Chica, no tengo intenciones de comprar una PC usada, no busco enanos, ni prostitutas, ni travestis, ni enanos prostitutas travestis, no necesito un descuento para un secarropas, no entiendo nada de obras sociales, no utilizo el cobro revertido para llamadas de larga distancia desde celulares analógicos, no me interesa que se construyan mil torres más en Caballito, no voy a comprar un muñeco vudú ni una vela con forma de pene, no te acerques, no te busco, no me toques, y en lo posible, si vas a venderme, con carpuza, al menos poneme un buen precio o que yo no me entere.-
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(imagen extraída de aquí)

sábado, 19 de julio de 2008

fosforescente

No entiendo lo emocionante de ver el deshielo por televisión, pero mis amigos tampoco entendieron jamás cómo yo podía haberme enamorado de vos, gigantesco glaciar humano, montaña de frío y pena, y yo no seré un aluvión de calor, estamos todos de acuerdo, más de una vez he dejado de sensibilizarme con algunas películas de amor y no soy de llorar mucho. Soy un mero empleado administrativo, cajero del Banco Nación, estoy para sellar papeles y cobrar timbrados, no seré Mr Sentimiento pero vos mi vida sos una desgracia, cada vez que te digo algo nadie nunca nada, todo liso, todo monótono, todo negativo. Si digo te quiero te quedás callada, si digo te amo te quedás callada, si digo te invito a un tour por África, voy a regalarte un perro, o el cielo este mediodía es rosa fosforescente, tampoco decís nada. Sos un iceberg, Goldstein, Lichtenstein, Andy Warhol, un icono pop, una lata de sardinas, y si te llevo al museo tampoco decís nada, si te presento ante papá y mamá van a pensar que sos muda, pero lo que ellos no saben es que de a ratos, cuando me das esos besos siberianos, casi a escondidas, mitad afecto de amigo mitad escarcha, me siento un poco menos mal.-
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(imagen extraída de aquí)

viernes, 18 de julio de 2008

papel

Caminar entre el vallado, la policía, los controles que a veces son a dedo, a ojo, a manos. Flota en esta mañana un olor a fritura dulce, que con el correr del acto, se volverá cada vez más quemado. La gente aquí se conoce. Yo no conozco a nadie. Tal vez hasta se den cuenta de que yo no soy...no tendrían por qué darse cuenta. O sí. Yo si fuera ellos, me daría cuenta.
Carteles con fotos y una poesía. Al principio, no significa mucho: podría ser un panfleto, una imagen, un souvenir. Pero cuando estamos todos juntos, juntos todos tanto que los cuerpos se chocan y puedo sentir los perfumes de la gente y la textura de sus ropas, entonces ya sé lo que pasa. Y al principio mucho no se siente nada. Pero de repente hay un minuto de silencio, y todos levantan las imágenes: la gente forma un océano de papel, y suena una sirena como de barco, varias veces, y te juro que me estremecí, en ese momento te abracé más fuerte, ¿lo notaste?
Estoy atrás tuyo, te observo. La gente no se da cuenta de muchas cosas. La gente no me conoce, no sabe quién soy, pero al fin y al cabo, entre los empujones y la memoria, alguien dice que aquí hoy todos somos alguien más.
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(foto extraída de aquí)

jueves, 17 de julio de 2008

colibríes

Y cada vez que hablabas, que me servías tus geniales almuerzos-delivery made in Palermo Soho, la casa se llenaba de alegría, y de tus ojos verdes -porque siempre fueron verdes, ¿no? o así los veía- brotaban mariposas y luciérnagas que adornaban cada uno de nuestros besos, mientras de tus palabras -manantial de ternura-, gorriones y colibríes salían a andar por nuestros lugares, detrás de la escalera, sobre el piano y en nuestra cama aún por tender.
Por todo eso te dejé: no quiero ni un zoológico ni un circo en mi casa.-
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(imagen extraída de aquí)

miércoles, 16 de julio de 2008

raíces

Desde lo alto de su árbol ella me observa. Su pelo se pierde entre las ramas. Qué hace allí. Yo desde aquí le hablo, intento alcanzarla, le pido que baje, me aferro a la corteza de un árbol que a medida que subo, se hace cada vez más ancho, y entonces me deslizo hasta caer al suelo. Es un árbol tan alto que se estrella contra las nubes. No sé cómo ella llegó hasta allí, con esas manos que tiene y tan desnuda. Mientras tanto, finjo no verla. De a ratos vuelvo la mirada para saber que permanece en el mismo lugar. Si la miro fijo por algunos segundos, ella parece estar más alto de lo que en verdad está. Entonces, cuando entiendo que al fin no tiene sentido esperar que baje, busco otro árbol que sí puedo trepar, el movimiento me quita las ropas que ahora flotan en el aire, y cuando me siento cómodo, ni muy alto ni muy cerca de las raíces, la miro por última vez y cierro los ojos del bosque.-
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(foto extraída de aquí)

martes, 15 de julio de 2008

jefe

Orinar frente al jefe -mismo cubículo, distinto mingitorio- es una de las situaciones más incómodas que se le presentan al ser humano dotado de pene. Por más que ya lo haya saludado por la mañana, el empleado vuelve a saludar como gesto de cortesía. Uno se cuida con especial atención de no mirar hacia los lados, e incluso de no perturbar la orina de su jefe, porque todos sabemos que mirar a una persona mientras hace pis es inhibir de forma innecesaria al observado, es atentar contra sus necesidades biológicas e incluso contra un derecho avalado en la Carta Magna. Luego de esos 18 segundos de liberación -el valor dado es en invierno, en verano son 11- es fundamental ir a las canillas, con tanta mala suerte que los dos van al mismo tiempo, y entonces se produce una discusión de vos me dejás a mí, faltaba más yo te dejo, todo sin tocarse. Es una improvisación teatral, una puesta en escena, mimos que invitan a lavarse las manos. El empleado se esfuerza por que su jefe vea que tiene un súbdito pulcro, en que vea que se lava incluso más de una vez, mirá como me lavo las manos, mirá qué limpitas quedan. La situación de las canillas se repite en el secamanos. El jefe sale primero, el empleado demora adrede y se acomoda el pelo para darse cuenta de que aún tiene la bragueta baja.-
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(imagen extraída de aquí)

lunes, 14 de julio de 2008

yemas

La comezón empieza en la entrepierna. Es una leve molestia que nace en un lugar indefinido y se mueve, pero no es nada que la fricción entre las dos piernas no pueda resolver. Contra todo pronóstico, la espástica danza de muslos -movimientos poco estéticos e inútiles- no da resultado, por el contrario, la molestia se intensifica. Entonces la mano, con curiosidad, baja a la entrepierna. Las uñas rasgan primero por sobre la tela del pantalón para ir segundos más tarde a la misma piel árida y sin depilar. Tal vez el resto de los comensales adviertan la orgásmica sonrisa que provoca el librarse de la picazón, oigan el sonido de los dedos contra la piel, o hayan incluso sentido goce similar en algún momento de sus vidas. Las ganas de rascarse son inversamente proporcionales a la satisfacción y a la violencia del movimiento. Cuando las yemas ya se hunden en la carne, más vale lamerse los dedos sucios de la sangre aún tibia, no sea cosa de que alguien se dé cuenta de lo inoportuno de la comezón.-
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(imagen extraída de aquí)

domingo, 13 de julio de 2008

cruz

Gracias Dios por la chance, los botines, la camiseta, el partido, el segundo tiempo, el penal devenido en gol, la platea que ahora mira de afuera pero que antes era compañía, los carteles y los aplausos, la salida, la ovación, el vestuario, el llamado, la convocatoria, el sexo de reyes, el uno contra uno, la noche, las palabras, te quiero mucho, aún no te olvido, los abrazos, el beso de ahora con el gusto de antes, los nuevos placeres que traen recuerdos de los otros placeres, mi caipiroska, la caipiroska de ella porque estaba muy fuerte, la mezcla perfecta entre ebriedad y alegría de tenerte otra vez, la sinceridad que a veces no ayuda, recuerdos al oído que tal vez ayuden a conquistarte, tu indiferencia de a ratos, a mi ya no me engañás, el taxi, beso que promete no ser el último, celulares y mensajes de texto, llegué a casa, ganas de decirte tantas cosas, el cigarrillo, la ventana, mi iPod, Pedro Aznar, A primera vista, el coraje, la cama, la señal de la cruz, Dios otra vez Gracias, y gracias por lo que viene.-

viernes, 11 de julio de 2008

chimichurri

¿Ya te olvidastes? ¿De todo eso que vivimos, cuando te llevaba a la panadería de Don Roque y te compraba las medialunas de grasa y los miñoncitos? ¿te olvidastes de las canciones que te cantaba al oído, mientras nos bañabamos en la ducha y yo arreglaba el cuerito de alguna que otra canilla? ¿ya no te acordás cuando comíamos esos sanguches de bondiola, cada uno de un lado hasta darnos un beso? como esa película de los perros, la bella y el vagabundo creo que se llama...Dios mío, que ternura esa bondiola que tenía el Turco, madre mía, de sabrosa, y así costaba, te rompía el alma con el precio el Turquito pero cómo la disfrutábamos, y también era hermoso verte traer el carbón, mientras yo preparaba el fuego, ¿Te acordás de eso? ¡Las veces que le hemos llenado la piecita de humo a la Betty con nuestros asados! Cuántas veces, por venganza, lo habrá hecho cagar en nuestro pasillo al perrito ese chihuahua que tiene, perro de mierda, todavía sigue vivo, y yo ya no sé cómo hago sin vos, sos la soda en mis almuerzos, las bolitas de naftalina en mis pulóveres, el chimichurri en mi sanguche de bondiola, ¡ay! esos sanguches de bondiola, y así no se puede, esto no es vida, Negrita volvé, volvé que si vos no volvés, yo no sé lo que hago, te juro que no sé...
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(imagen extraída de aquí)

blindada

Lo único que falta es que vos me exijas a mí que te diga gracias. ¿Gracias de qué? ¿Por estos 25 centavos de justicia, de sobras, de caridad? Vos sos el que tiene que decir gracias, pero no a mí, agradecele a la vida y a la suerte de estar dentro de tu traje importado dentro de tu auto importado, y yo envuelto en las ropas viejas que los hijos de tus hijos ya no quieren porque están rotas, y además no las necesitan, así que pensalo, cada vez que hables, que comas, que duermas, tené en cuenta que detrás de tu puerta blindada, hay una persona -si me das el lujo de llamarme así- que vive algo que para vos, siempre está en África.-
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(foto extraída de aquí)

miércoles, 9 de julio de 2008

mismo

Así, por lo diferentes, y muchas veces por lo lejos, te quiero tanto y te comprendo.-

Dame un Camel de diez y tres razones para alejar a mi amigo de la idea del suicidio, las drogas duras, y la sensación de que sólo se sale del fracaso para caer en otro fracaso aún peor. Tres razones, no más, si querés dos, para poder engañarlo con algo de optimismo y persuadirlo -sin siquiera estar yo mismo persuadido- de que hay cosas peores, aunque ambos sepamos que para el momento no las haya. Bueno dale, dame mis cigarrillos, y todavía espero el consejo, dame uno solo si no podés con dos, para mirarlo a los ojos sin que se entere de que estoy pasando por lo mismo, y que lo entiendo, y que tal vez yo esté más triste por él que por mí.-
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(foto extraída de aquí)

martes, 8 de julio de 2008

doble hoja

Tocan el timbre y es Johnnie Walker Etiqueta Negra, cómo dice que le va, compañero de aventuras, festejos y desequilibrios varios, y estoy perplejo con la botella hasta que descubro tus manos, dedos finos sin anillos a la vista -eso es bueno- y después vos, Miss Timidez '08, morocha de ojos negros que agacha la cabeza cuando la saludan los borrachos, sos especial, lo sé, y no cualquiera cae a una fiesta con esa botellita: ya me olvidé del wkisky, de las aventuras y de mis compañeros. En medio de una estúpida discusión entre los que están a favor del uso del bidet y los partidarios del papel higiénico doble hoja -chetos, aprendan a limpiarse con agua; callate sucio con el agua se limpian los monos-, me pongo de pie, golpeo con un cuchillo una copa y pido la palabra: Cualquier cosa con tal de impresionarte. Improviso un inexplicable discurso ambiguo -cosa de no quedar mal si pertenecés a uno u otro bando, pese a que soy un ferviente admirador del papel higiénico doble hoja-, que termina primero en risas, y después con chizitos por el aire, palitos y hasta un vaso de birra que me tira encima un desubicado. Te zarpaste men. Ya inaugurada la cátedra de cómo hacer mérito para que nadie se te acerque en una fiesta con amigos, y mientras todos se burlan de mí, busco tus ojos perdidos detrás del flequillo perfecto, y bajás otra vez la mirada. Gol en contra, pienso luego del discurso, y me levanto para ir a secarme la camisa mojada con cerveza. El baño -como todos los baños del mundo- está al fondo a la derecha, indica el dueño de casa. Antes de enjuagar mis ropas en el lavamanos, cierro la puerta pero un pie se interpone en el camino: sos vos, que por primera vez en toda la noche me miras a los ojos, y traés a Johnnie Walker, que después de haber visto la escena desencadenante descamisada de despilfarro desenfrenado desaforado, me temo, no volverá a ser el mismo.-
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(foto extraída de aquí)

lunes, 7 de julio de 2008

tuco

Toqué el timbre y aunque no me invitaste a pasar, pasé porque llovía y era de noche. Me abriste la puerta de casa, ofreciste una silla y me acosté en el sillón. Sobre la mesa dos platos hondos, lo único que falta es que ahora cocines pastas. Me trajiste whisky cuando quería agua, pusiste Blues y te pedí que bajaras el volumen, te rogué que me escucharas y te fuiste a fumar a la ventana. Invitaste a que me sacara los zapatos y dije gracias, después vino el café tibio que siempre preparás para hablar de temas importantes, vino tu cara de avestruz, la sonrisa de mampostería y tus gestos esquizofrénicos. Cuando sonó el timbre y entró el otro, el titular, el que esperabas, el que se sentaría en la cabecera y vos a su derecha, sabía que lo conocía, qué hijo de puta cómo no me di cuenta antes. Entonces el que se va a la ventana ahora soy yo, me ofreciste fuego y por un instante pensé en quemarte viva, pero saqué mi encendedor y prendí el tabaco. Desde afuera, en el balcón de tu departamento, los veo comer sus fideos con tuco. Llueve y por eso tal vez no te das cuenta de que lloro. Odio los fideos con tuco.-
(foto extraída de aquí)

domingo, 6 de julio de 2008

carta al hijo que vendrá


Habré escrito esta carta, sin certezas, unas cincuenta veces, a distintas edades y en diferentes lugares y momentos. Lo único que en verdad puedo afirmar, es que si ésta carta llegó a tus manos, yo no soy estéril. Buenas noticias entonces.
Te pensé tantas veces y en tantos vientres incorrectos, con tantos ojos y colores y cabellos y pesos diversos, que se me hace difícil darte hoy un rostro preciso, la sonrisa adecuada, y después de todo, debés estar mareado. Perdón por eso.
No voy a darte consejos -al menos no de esta forma-, no quiero ser ese padre ridículo que da cátedras para sentirse padre. Me gustaría que seamos amigos, que tengamos confianza, y que podamos pasar el tiempo suficiente como para lograr una relación similar a la que yo tengo con mi propio padre. Si lográs algo parecido a la admiración que yo tengo hacia tu abuelo, tampoco me ofendería. Pero a lo que iba con todo esto es que sólo voy a decirte una cosa. Si optás por el camino de la heterosexualidad -único terreno del cual puedo opinar- te recomiendo paciencia. Tal vez te parezca raro que diga esto, pero vas a entenderme. Ya te llegará el momento y verás hacia donde apunta tu felicidad. Sólo eso, no quiero ser solemne. Paciencia es el asunto.
Espero que pasemos un buen rato en compañía uno del otro.
Ah, y aunque suene como un lugar común -y tal vez lo sea- decile a tu mamá que la quiero y que siempre supe que ibamos a terminar juntos.-
(imagen obtenida de aquí)

sábado, 5 de julio de 2008

Corro

Introducimos en NNN el verdadero elemento femenino. Gracias a Vera que escribió el texto que figura a continuación.

Corro para alcanzarlo. Pero no es tan fácil. Vos lo heriste. Así, sin querer. Ni te diste cuenta cuando te fuiste. Entonces te busco, trato de encontrarte, de seducirte, de volver a conquistarte, de enredarte. Estoy sumamente dominada por la idea. ¿Cuál es el capricho? Creo que corro atrás tuyo, cuando en realidad corro atrás de él. Es mi ego escurridizo y vos estás en el medio de mi obsesión por satisfacerlo. Lo quebraste cuando me dejaste. Si te tuviese acá, quizás él estaría mejor. Me pongo a pensar que no te conocí muy bien y que a pesar de lo poco que supe de vos, me fue suficiente para descubrirte muchos defectos y entender que al final, seríamos incompatibles. Me mordías cuando me besabas y tus caricias eran vagas. Tus palabras no me desvelaban y tampoco tus chistes eran buenos. Entonces me queda claro que no sos afecto para mí, no sos ternura, ni amor: sos sólo un medio para satisfacer un fin.

viernes, 4 de julio de 2008

Ibuprofeno

Desde que el Ibuprofeno 600 llegó a mi vida, ninguna de mis mañanas de dolores menstruales volvió a ser la misma. Ah, y vos también me hiciste feliz. No como el Ibuprofeno, es claro, si tenemos en cuenta que vos hablás y el Ibuprofeno no, que el Ibuprofeno no se queja si lo abrazo, lo beso, incluso si lo dejo sobre la mesada, digamos que la ciencia y sus fármacos superan al arte de amar. Por eso gracias, a mi médico que me recomendó esa milagrosa cápsula verde cristal, gema que alivia malestares y sensaciones horribles. Gracias Dios por el milagro de las drogas analgésicas de consumo legal, venta sin prescripción médica, en cada farmacia como todo medicamento de confianza. No tengo más que agradecer por haber conocido lo fantástico de un mundo de anestesia, universo de partículas invisibles y reacciones fisico-químicas dentro de organismos que a su vez contienen otros organismos sin nombre. Gracias, gracias, gracias Ibuprofeno 600, y gracias a vos por haberme hecho tan feliz.-

jueves, 3 de julio de 2008

procesal

Por qué yo, justo yo, en la clase tenías a ochenta iguales a mí, en la facultad a más de diez mil, y justo viniste a sentarte al lado mío, y yo justo zurdo y vos diestra y te moví el codo durante toda la clase de Derecho Procesal Civil y Comercial, tanto te moví que al final me dijiste flaco sos insoportable y ahí nomás supe que eras vos, nos miramos y me juré no faltar ninguna otra clase de Procesal y no volví a faltar pero tampoco volví a prestarle atención a la gorda -doctora gorda- que daba una de las clases más solemnes que tuve en toda la carrera. Después de pedirte perdón de todas las formas posibles, de cargarte los libros, de invitarte a tomar un horrible café de la máquina que está al lado del baño, nos despedimos, y volvimos a encontrarnos en lo pasillos una vez, dos, tres, cada día iba a la facultad para encontrarte, me quedaba horas de más, fumando sin ganas de fumar, tan sólo para hacer tiempo, en una de esas si uno ayuda al destino la gente se encuentra. Pero no, cuando nos dejamos -de alguna u otra forma nos dejamos- no conservamos ni direcciones ni teléfonos. Hoy se me ocurrió que debía hablar con vos para ver qué onda, y como recordaba tu apellido, te busqué en la guía. Si tu papá se llama Horacio te juro que tengo tu teléfono. Si tu papá se llama Horacio y justo atiende Horacio, te juro que corto.-

miércoles, 2 de julio de 2008

dinastía

A ver si sale, Vera.-

Que ni se te pase por la cabeza salir con el que tiene fotolog, te dice que los jueves a la noche tiene torneos de scalectric o le gusta más el piel de iguana que el fernet. Ni mires al que se peina raya al costado, el que intenta pagar todo a medias y si puede escapar del cuidacoches sin atropellarlo, lo hace. Olvidate del que usa colonia Paco y ya es mayor de edad, el que juega a las cartas Magic, el que le cae bien hasta a tus ex novios, el que colecciona autitos o el que prefiere ver una película en el cine a hacer el amor en tu casa. Mejor tomar distancia del que usa binchas, del que adora las computadoras, del que tiene muy buena memoria, del que se viste con ropa deportiva la mayor parte del tiempo, del que se depila y va a la cama solar. Cuidado con el que quiere tener una hija y ponerle el nombre de su propia madre, del que se llama exactamente igual que el padre, estudia lo mismo que él y quiere formar una dinastía, y sobre todo -mirame a los ojos, so-bre-to-do - del que cree en la amistad entre el hombre y la mujer y te jura fidelidad y amor para toda la vida.-

Aloha

Salgo de casa con las reglas de dibujo y mis elementos de la facultad en las manos, cosa de aparentar estudio. La empleada doméstica, desvelada a las doce de la noche, mira la repetición de una telenovela brasilera mientras rasga con el dedo índice el fondo de la olla con puré de papas. Sus ojos dicen no vas a estudiar un carajo pero yo disparo me voy a explicarle unas cosas a un amigo. No responde, o no la escucho porque ya cerré la puerta. Abajo me espera el Peugeot 504 de ella. Cualquiera diría que es una linda remisera. Después de los -reglamentarios- cafés tibios en un bar de Constitución, vamos a un lugar más tranquilo. Pienso en Bahamas, pero nos dirigimos a un telo: Aloha, todo una poesía visual y cacofónica. En el palier, parejas aguardan su turno. Evitamos la complicidad y el riesgo de reconocernos. Ey, no estoy haciendo nada malo. No sé si el hombre de sesenta años con traje Príncipe de Gales que toma de la mano a un travesti puede decir lo mismo. En fin, no soy la policía. Cuando dicen mi apellido y el pibe, es tu turno, se da una situación cuasimédica anque cuasimódica, en la que me incorporo y otro muchacho -de seguro homónimo- se acerca conmigo hasta la caja. El tipo detrás del vidrio espejado dice el de las reglas en la mano. Ese soy yo, vos y tu gato viejo sigan esperando, papafrita. En el trayecto -la escalera a la izquierda, y después la habitación al fondo- enciendo un cigarrillo. Alarma contra incendios indica que algo no anda bien. Apago el tabaco en la zapatilla. Igual no tenía tantas ganas de fumar. Una vez en la habitación -nos recibe un tema de Nino Bravo- y luego de haber investigado todo el merchandising del telo Aloha, comienza el trabajo de obrero, minuciosa labor de arqueólogo que hurga entre los misterios de un cuerpo nuevo, amorfo y depilado. Pero entonces, la risa. Primero con simpatía: jajaja, qué bueno que te diviertas. Las carcajadas ya me parecen un poco fuera de lugar. Ella pide un momento porque "está tentada". Ahí nomás, tomo mis cosas y me encierro en el baño. Al menos voy a terminar mi entrega del viernes. Desde afuera oigo su risa estúpida, cada vez más fuerte y cada vez más cerca de la puerta del baño.-